jueves, 7 de noviembre de 2019

Características de los primeros gobiernos peronistas

Características de los primeros gobiernos peronistas


Durante la "Década Infame", en algunos sectores del ejército, se reflexionaba sobre la situación de la clase trabajadoras. Se evaluaba el peligro de la extensión de ideologías de tendencias revolucionarias que planteaban un modelo de sociedad diferente, como la comunista al estilo de la URSS. De este modo crecía entre las filas militares la idea de implementar una política social para modificar estas circunstancias. 

Esto se plasmó cuando, en 1943 se produce otro golpe  de Estado y se destaca la política social del Coronel Perón como secretario del Departamento de Trabajo y Previsión.  A medida que Perón iba concentrando poder durante el gobierno del Gral. Farrell, grupos de opositores al gobierno de facto y fracciones dentro del mismo ejército  exigieron la renuncia de Perón. Se produce una movilización espontánea por parte de los sectores obreros  el 17 de octubre de 1945 logrando su liberación y lanzándolo a la candidatura como presidente para 1946.

En 1946 Perón triunfó sobre la Unión Democrática, en las primeras elecciones sin fraudes ni proscripciones que se producían desde 1930.

El movimiento peronista se fue formando con sectores políticos y sociales diversos: los sindicatos reunidos en la CGT, organizaciones femeninas y políticos que provenían de otros partidos (radicales, socialistas y conservadores). También en sus inicios, contó con el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Iglesia Católica. Este nuevo movimiento se organizó bajo la autoridad indiscutible de Perón, que intentó peronizar a la sociedad usando un control sobre medios de comunicación, educación, con la reforma constitucional de 1949 y estableciendo una estructura verticalista en distintas instituciones, como la CGT. Pero junto con éste intento de imponer una mirada autoritaria donde la figura central era él, amplió los parámetros de participación al garantizar el sistema democrático y el voto femenino.

Distintos sectores de la sociedad se sintieron identificados con el peronismo que vieron crecer sus derechos sociales y políticos. Los sectores populares mejoraron su nivel de vida y accedieron a beneficios y bienes que eran exclusivos de la clase media o élite, como el turismo, actividades deportivas y artículos para el hogar.

Económicamente, el gobierno de Perón, organizó su estrategia a través de dos planes quinquenales. Durante los primeros años de gestión la prosperidad económica permitió el bienestar de los asalariados, mediante la distribución de los ingresos.

En forma paralela, la esposa de Perón, Eva Duarte, lleva a cabo una importante asistencia social a través de su Fundación. La Fundación Eva Perón contaba con fondos estatales y privados, y se abocó a múltiples tareas: construcción de hogares para ancianos y huérfanos, hospitales y escuelas; repartir medicamentos, alimentos, juguetes y máquinas de coser. Pero mientras el prestigio de Eva Perón crecía entre los sectores populares, entre los grupos de oposición veían estas medidas asistencialistas como actos demagógicos de la pareja para consolidar el apoyo en los sectores populares y perpetuarse en el poder. 

En forma paralela, el rol de los sindicatos tomó relevancia en el aspecto social. La CGT y la mayoría de los sindicatos se convirtieron en la columna vertebral del peronismo.

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